Acades y Aladyr entregan sus visiones sobre la desalación
«La desalinización permitiría crecer en actividad productiva en sectores donde el agua dulce escasea»
Un nivel mediano alto en minería y energía, bajo en la industria sanitaria y bajo o nulo en el resto de las industrias. Así es como Ivo Radic, representante de la Asociación Latinoamericana de Desalación y Reúso de Agua (Aladyr) para Chile, describe el desarrollo de la desalinización en el país.
Pero las oportunidades son amplias. En minería metálica y no metálica, las plantas que ya existen y las que están en construcción permiten ‘garantizar agua para continuar y acrecentar el desarrollo sustentable de la actividad, cuyo mayor porcentaje de recursos se encuentra en zona de ausencia o de escasez de agua dulce’, dice.
En conjunto con el reúso de aguas servidas tratadas, la desalinización también permitiría ‘crecer en actividad productiva en sectores donde el agua dulce escasea, como son los sectores industriales aledaños a las ciudades del norte de Chile’, asegura Radic. Esto, a su juicio, ayudaría a desarrollar polos turísticos y de desarrollo habitacional o agrícola en sectores donde hoy es inviable, dada la escasez de recurso hídrico. También abriría puertas para abastecer de agua extra para las temporadas estivales en las zonas de la costa central (Atacama al Maule).
En tanto, en la industria energética, destaca principalmente la producción de hidrógeno verde a partir de agua desalinizada en sectores de alta presencia de radiación solar.
En paralelo, el ejecutivo de Aladyr plantea que hoy existe el desafío de lograr regulación y políticas públicas adecuadas para poder tener un desarrollo que viabilice la actividad desde el punto de vista económico, a la vez que regule los criterios de diseño y operación para que la actividad sea altamente sustentable en el tiempo, y coherente con el cuidado ambiental y el beneficio directo a las comunidades que se ubiquen en sectores en que la desalación de agua salobre o de mar es la solución.
Pero donde sí hay avances es en tecnología, dice Radic: ‘Las soluciones implementadas y en vías de implementación en Chile, cuentan con los mejores avances disponibles, que las hacen económicamente viables y compatibles con el medio ambiente’, destaca.
‘El ecosistema en formación tiene múltiples vínculos industriales, gremiales y académicos’
Para Rafael Palacios, vicepresidente ejecutivo de la Asociación Chilena de Desalinización (Acades), la industria que hoy se está desarrollando lo está haciendo con mucha articulación, en un ecosistema ‘dinámico y pujante’ que comprende a empresas de todos los tamaños, nacionales e internacionales, públicas y privadas y de distintas industrias, junto con emprendimientos de base científica y tecnológica, fondos de inversión, universidades chilenas y extranjeras, proveedores de tecnología y de servicios de legales y de ingeniería, entre otros.
‘Este ecosistema en formación tiene múltiples vínculos con el mundo industrial, gremial y académico que le permiten recabar el conocimiento y la experiencia de los países que lideran esta industria como España, Israel, Australia y Estados Unidos, para implementarlos de la mejor forma en nuestro país’, precisa Palacios.
Por lo tanto, a su juicio, Chile tiene una oportunidad de oro para avanzar a paso rápido, seguro y confiable en medidas de adaptación al cambio climático que le permitan mejorar considerablemente la resiliencia hídrica de sus ciudades e industrias.
Pero también hay desafíos. A ojos del ejecutivo de Acades, estos hoy pasan por vínculos más directos y transparentes con autoridades locales, regionales, gubernamentales y con la opinión pública nacional y regional para dar a conocer el potencial y posibilidades de la industria. Según Palacios, esto es clave porque la desalinización de agua de mar y el reúso de aguas servidas tratadas son las únicas nuevas fuentes de agua fresca que existen para cerrar la brecha de aprovisionamiento hídrico que enfrentan muchas de las poblaciones e industrias de la zona central y norte del país.
Por ello, dice que el principal reto de la industria es lograr un marco regulatorio ‘que le confiera estabilidad, confianza y seguridad, tanto a los inversionistas como a los habitantes de las localidades vecinas a su instalación, las comunidades costeras, los pescadores, los agricultores y a todos los habitantes que puedan verse involucrados en el desarrollo de proyectos de reúso y desalinización’.
Fuente: Diario Financiero